La forma más grave de las enfermedades o trastornos causados por el calor es el golpe de calor. El golpe de calor es una emergencia médica que pone en riesgo la vida de tu hijo. Cuando hay un golpe de calor, el cuerpo no puede regular su propia temperatura.

La temperatura del cuerpo puede llegar a 41.1°C o incluso más y, si no se trata rápidamente, esto provoca daño cerebral o incluso la muerte. Es necesario un tratamiento médico inmediato para controlar la temperatura del organismo. Los factores que incrementan el riesgo de un golpe de calor incluyen el exceso de ropa y la actividad física sumamente intensa en clima caluroso sin beber una cantidad adecuada de líquido.

 

El golpe de calor también puede aparecer cuando un niño queda o se encierra accidentalmente en un automóvil en un día caluroso. Cuando la temperatura externa es de 33.9°C, la temperatura dentro de un automóvil puede llegar a los 51.7°C en tan solo 20 minutos, lo cual incrementa rápidamente la temperatura del cuerpo hasta llevarla a niveles peligrosos.

¿Qué hacer?

Si tu hijo ha estado al aire libre con temperaturas extremadamente elevadas o en otro ambiente caluroso y presenta uno o más de los siguientes síntomas de golpe de calor, solicita ayuda médica de emergencia:

  • fuerte dolor de cabeza
  • debilidad, mareos
  • confusión
  • náuseas
  • respiración o ritmo cardíaco acelerados
  • pérdida de la conciencia
  • convulsiones
  • ausencia de sudoración
  • piel seca, caliente y enrojecida
  • temperatura de 40°C o superior

¿Que hacer mientras llega la ayuda?

Lleva a tu hijo al interior o a un lugar sombreado.
Desviste al niño y mójalo con agua fresca.
No le des líquidos a menos que el niño esté consciente, alerta y actuando de forma normal; ya que lo podrías ahogar.

Un poco de prevención:

Para ayudar a proteger a los niños del golpe de calor, deberás hacer lo siguiente:

Enséñales a beber siempre abundante líquido, antes y durante la actividad física en clima caluroso y soleado, aun cuando no tengan sed.Asegúrate de que los niños usen ropa de colores claros y holgada, y protector solar cuando estén al aire libre.
Los días calurosos o húmedos, asegúrate de que tus hijos solo participen de actividades físicas intensas al aire libre antes del mediodía y después de las 6 de la tarde.
Enséñales a los niños a refugiarse en el interior, descansar e hidratarse inmediatamente cuando se sientan demasiado acalorados.
Promueve en la escuela estas medidas preventivas con otros padres de familia para que se difundan y se apliquen, y así evitar la salida al recreo o incluso las actividades de «educación física» en horas críticas.

 

 

Revisado por: Larissa Hirsch.