La higiene es fundamental en la vida de tu hijo, por ello, tienes que fomentarla día con día, así, cuando crezca, se convertirá en un hábito y no tendrás de qué preocuparte.

 

Dependiendo de la edad que tenga tu pequeño será la manera en que deberá de asearse, no es lo mismo un bebé que necesita que le cambien el pañal, a un niño que está en la primaria a quien le acaban de salir los dientes permanentes.

Higiene (0-2 años)

Cara: utiliza toallas húmedas para limpiar esta zona, también puedes hacerlo con un paño de algodón remojado con agua.

Cuerpo: la mejor manera de hacerlo para tener mayor control (además de no desperdiciar agua) es utilizando una tina. El se divertirá mucho y tu podrás enjabonarlo y enjuagarlo con calma. No utilices estropajos de nylon; trata de utilizar una toalla o una esponja suave.

Nariz: basta con que uses una toallita húmeda para el exterior y, una perilla de hule para remover correcta y adecuadamente el exceso de mucosidad en caso necesario. Por lo general el comercio suele vender perillas pequeñas que no sirven de mucho y por el contrario, ante la escasa succión que tienen es necesario hacer las maniobras de aspiración en varias ocasiones para conseguir nuestro objetivo, y esta manipulación puede llegar a lastimarlos. Por eso te recomiendo utilices una perilla del número 5 o 6, con la cual podrás aspirar en pocas maniobras la nariz de tu bebé con un óptimo resultado.

 

En algunas ocasiones tu bebé podrá presentar exceso de mucosidad asociada a alguna infección y por ello puedes también hacer uso de alguna solución fisiológica, ya sea aplicada con gotero o con un atomizador, para mantener esta zona limpia. Si decides el último método, introduce el aditamento en cada fosa nasal y presiona la base para atomizar la solución. No debes utilizar el mismo atomizador en otros niños, ni en otras partes del cuerpo, además, tanto la perilla como el atomizador deberás lavarlos con agua y jabón después de cada uso.

Encías: aunque sus dientes no se hayan asomado, debes poner especial cuidado en esta área, también requiere aseo y para ello puedes hacer uso de un dedal o un paño, en agua bicarbonatada y así mantenerla sana y limpia para cuando salgan las primeras piezas.

Dientes: si ya se ven, es momento de comprar un cepillo pequeño y de cerdas muy suaves, además de una pasta para niños. Para realizar esta labor, los dientes de arriba se cepillan hacia abajo y viceversa, y las muelas con movimientos circulares.

Oídos: dice un sabio pensamiento chino que «los oídos se limpian con los codos», y esto es totalmente cierto. Evita los cotonetes o cualquier otro cuerpo extraño, basta con que pases un paño húmedo por la oreja, no es necesario que lo hagas dentro porque puedes lastimarlo o empujar el cerumen.

 

Uñas: es importante que las cortes con un aditamento especial y también toma en cuenta que será más sencillo hacerlo cuando esté dormido. Nunca llegues hasta la base de la uña, trata de dejar siempre 1 milímetro de distancia. Cuando observes «mugre» pero sus uñitas se encuentre de buen tamaño, no lo lastimes cortando de mas, mejor utiliza un cepillo de dientes de cerdas suaves que ya no utilices y un poco de jabón para tratar de extraer lo que haya debajo.

Pelo: usa un shampoo diseñado para esta etapa, de forma tal que si entra a sus ojitos, no los lastime.

Zona del pañal: es una de las áreas más delicadas del cuerpo de tu hijo, debido a que es una zona constantemente húmeda ya sea por transpiración o por sus emuntorios, y por lo tanto muy vulnerable a las rozaduras. Por ello, no olvides limpiarlo con toallitas hipoalergénicas y recubrir esta área del cuerpo con una crema especial para bebés.