La ablactación es uno de los procesos más importantes en la vida de tu bebé, pues supone la introducción a su dieta de alimentos distintos a la leche.
Llegará un momento en el que los nutrientes de la leche materna o la fórmula no cubrirán los requerimientos nutricionales que tu pequeñito necesita para crecer sano y desarrollar todo su potencial.
No creas que porque le darás otro tipo de comida tienes que dejar de lado la lactancia; al contrario, ésta aún le aportará elementos necesarios para un crecimiento óptimo.
El Pediatra te indicará el momento adecuado para iniciarla, que generalmente es entre los 4 y 6 meses de edad, y dependerá de varios factores valorados y evaluados previamente en el consultorio, como pudiesen ser desde los antecedentes perinatales hasta la evolución del peso y de la talla.
Otro factor de importancia que permite el inicio de la ablactación es el aspecto psicomotor, ya que a partir de esta edad disminuye el peligro de reflujo gastroesofágico al lograrse de manera progresiva la madurez neurológica que permite desde el sostén de su cabeza hasta reflejos adecuados y coordinados de succión y deglución, necesarios para la alimentación.
Cuando comiences con el cambio, no olvides que se trata de algo nuevo para tu peque, así que sé paciente y no lo presiones. Hazlo poco a poco, empieza con probaditas pequeñas y manténganse atentos a la posibilidad de reacciones alérgicas a alguno de los alimentos.
Es necesario que sepas que en esta etapa es más sencillo incluir un sabor nuevo, a diferencia de hacerlo más tarde cuando ellos se vuelven selectivos.
Es común que en un principio te rechace el nuevo alimento y esto se da no porque no les guste el nuevo sabor, sino que, los primeros meses de su vida estuvieron alimentados únicamente con leche, y por lo tanto solamente conocen y están acostumbrados a su sabor y consistencia. Debes insistir hasta que se familiarice y termine por aceptarlo.
Anteriormente, la ablactación se realizaba introduciendo los alimentos por grupo y por mes, es decir: de los 4 a 6 meses: frutas y verduras, a los 5 meses: cereales, en los meses 6 y 7: leguminosas y carnes, y del mes 8 al 12: huevo y pescado…
Hoy en día, la correcta introducción de alimentos se lleva a cabo de una manera balanceada que además permite la vigilancia estrecha ante la posibilidad de presentarse alergia a alguno de los alimentos.
Actualmente sabemos que la presencia de alguna reacción alérgica a algún alimento se puede presentar hasta 5 días después de su ingesta, y por ello no se deben de introducir mas de un alimento nuevo por semana. Lo anterior te brindará un adecuado lapso para observar algún signo sospechoso que nos haga pensar en alergia.
Definitivamente existen alimentos que tienen potencial alergénico, mas sin embargo hoy en día no existe contraindicación alguna para esperar en su introducción hasta después del año de edad, como antes se hacía. Al respecto asesórate con tu médico pediatra; recuerda que el control del niño sano, en el lapso del primer año de vida, debe de ser estrictamente mensual.
Recuerda que una vez que tu bebé haya aceptado el nuevo alimento, deberás de incluirlo a su dieta y ofrecerlo frecuentemente, incluso junto con otros alimentos del mismo grupo. El alimentarlo con un plato rico en variedad, incrementa el aporte de nutrientes para su adecuado crecimiento y desarrollo.
Sigue estas recomendaciones para que el proceso sea fácil tanto para ti como para tu bebé:
– Establece horarios fijos de alimentación: idealmente deberá alimentarse 3 veces al día, como tú.
– Prepara los alimentos sin sal, azúcar o condimentos.
– Las tomas de leche se modificarán en horario y en cantidad, de tal manera que, si tu bebé está aceptando adecuadamente sus papillas entonces observarás que la cantidad que demande de leche será menor. Este punto no te debe de preocupar, por el contrario, significa que su ablactación está siendo todo un éxito.
Cuando llegue el momento, respeta su individualidad y permite que disfrute las comidas, incluso si se ensucia o tira todo
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Finalmente, cuando tu peque cumpla su año de edad, ya debe estar completamente integrado a la dieta de su familia, es decir, podrá comer lo mismo que el resto de la familia, obviamente en picados finos, sin condimientos o irritantes. Mientras más natural sea su dieta, mejor. Evita introducir probaditas de alimentos chatarra.